Un día curioso

Como todos los años, el día de la madre mi familia y yo nos fuimos a pasar el día fuera.Y este año decidí yo el lugar de una forma peculiar: un día, estudiando en la biblioteca vi un libro a lo lejos sobre curiosidades de algunos países. Al llegar a la página dedicada a España vi, de repente, en primer plano, una fotografía de una enorme montaña con un campanario y cuál fue mi sorpresa al descubrir que aquel lugar estaba en Alicante. Finalmente, conseguí convencer a mi padre para que nos llevara.

El campanario se encontraba en Guadalest, un municipio que además se considera uno de los pueblos más bonitos de España. Nosotros visitamos la casa de una noble familia alicantina, los Orduña, que se encuentra muy bien conservada y tiene muchos detalles históricos que muestran cómo se vivía en el siglo XVII. También paseamos por el pueblo, que se encontraba lleno de turistas curiosos, pues en realidad en el pueblo viven solo unas 300 personas. El pueblo se organiza a partir de dos grandes calles, que te dirigen ambas a la casa Orduña y, un poco más allá, a la plaza del pueblo, desde donde se disfrutan unas preciosas vistas a un enorme embalse de aguas cristalinas.

Es, sin duda, un pueblo muy acogedor y lo que más me sorprendió es que estuviese en mí misma provincia. Muchas veces nos empeñamos tanto en salir fuera y comernos el mundo que nos perdemos la belleza de nuestros alrededores. Quien esté leyendo esto y no haya visitado nunca este bello municipio le recomiendo que un domingo se escape de su zona de confort y corra a visitarlo.

 

Idoia Baquero, 1º Bachillerato.

 

 

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